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Disruptores endocrinos: qué son, efectos en la salud y cómo reducir la exposición

11.10.2023

¿Qué son los disruptores endocrinos y cómo afectan a nuestra salud? Conoce sus efectos en el organismo, las principales fuentes de exposición y medidas efectivas para reducir riesgos.

 

[Este texto fue originalmente escrito por Alicia Abellán en 2020 y ha sido actualizado en octubre de 2023 por la investigadora Nuria Güil]

 

¿Qué son los disruptores endocrinos?

En nuestro cuerpo encontramos hormonas, que son moléculas encargadas de la señalización y comunicación entre células y órganos. Son esenciales para el correcto funcionamiento de numerosas funciones corporales. Los disruptores endocrinos (o EDCs, por sus siglas en inglés) son sustancias químicas capaces de imitar la acción de nuestras hormonas naturales. También pueden bloquear los receptores hormonales de las células, de forma que impiden la acción normal de las hormonas. Esto provoca una disrupción (alteración) en el sistema endocrino.

¿Dónde se encuentran?

La lista de disruptores hormonales es larga. Se han detectado más de un millar de sustancias químicas con esta capacidad disruptora. Sin darnos cuenta, estamos expuestos de forma continua a ellos, aunque en dosis bajas. Pueden entrar en nuestro cuerpo a través de la piel, ingeridos al comer, o por inhalación al respirar. Tienen la capacidad de cruzar la placenta y, por lo tanto, llegar al feto. También, se encuentran en la leche materna. Algunos disruptores endocrinos, los llamados persistentes, como ciertos pesticidas, pueden permanecer en nuestro cuerpo hasta diez años. Otros, los no persistentes, como los parabenos o bisfenoles, permanecen dentro del cuerpo entre pocas horas y días.

Así que, ¿dónde se encuentran los disruptores endocrinos?

Productos de uso cotidiano

  • Comida envasada, sartenes y ollas antiadherentes, productos de limpieza e incluso pajitas de papel y bambú supuestamente biodegradables. Pueden llevar sustancias per/polifluoroalquiladas o PFAS, también conocidas como “químicos eternos” por su larga duración en el medio ambiente (hasta miles de años). Por sus propiedades fisicoquímicas, las PFAS son grandes repelentes del agua y el aceite, y resisten a temperaturas extremas.
  • Muebles, plásticos, textiles o equipos electrónicos con retardantes de llama. Son sustancias agregadas en su fabricación para hacerlos menos inflamables. Estos químicos pueden migrar al ambiente y acumularse en el polvo y aire de los espacios interiores.
  • Latas metálicas de comida y bebidas, botellas y fiambreras de plástico. Muchos llevan el famoso bisfenol A (BPA), un fenol ampliamente utilizado.
  • Productos cosméticos de uso diario. Infinidad de ellos llevan parabenos, otro tipo de fenoles, que son disruptores endocrinos.
  • Productos de higiene como pastas de dientes, geles hidroalcohólicos, y desodorantes. Muchos llevan triclosán, otro fenol.
  • Cremas solares y maquillaje con filtro UV. La mayoría utilizan las benzofenonas. Son otro tipo de fenoles.
  • Cosméticos, perfumes, pinturas y envases de plástico. Muchos llevan ftalatos. Calentar envases con comida promueve la migración de los ftalatos a los alimentos, y se ha evidenciado que comer fuera de casa, y sobre todo comida rápida, incrementa los niveles de ftalatos en el cuerpo. Algunos estudios han asociado también la exposición a determinados ftalatos en el vientre materno con un ligero adelanto en el inicio de la pubertad.

Fuentes ambientales

  • Atún, pez espada o tiburón, moluscos y crustáceos. Metales pesados como el mercurio, el cadmio, el plomo o el arsénico se encuentran en el medio ambiente y se acumulan en muchos animales que consumimos, sobre todo en peces depredadores, así como en los moluscos y crustáceos.
  • Los de legado tóxico, como el DDT, que aunque fue prohibido en los años 70 persiste en el ecosistema y se acumula en la grasa de los animales, desde donde pasa a la cadena alimentaria humana. Y los plaguicidas actuales, como los insecticidas organofosforados, muy usados.

Debido a su gran presencia en nuestro día a día, la exposición a disruptores hormonales es extendida y continua. Estudios en grandes poblaciones han llegado a detectar muchos de estos químicos en muestras biológicas de más del 95% de las y los participantes.

¿Cómo afectan a la salud humana?

Sistemas hormonales afectados

Los disruptores endocrinos son capaces de interferir en el correcto funcionamiento no solo del sistema endocrino sino de otros sistemas y funciones corporales esenciales. Por lo tanto, dependiendo de su estructura, podrían tener efectos adversos, por ejemplo, en la salud respiratoria, cardiovascular, metabólica, cognitiva, reproductiva o incluso en el desarrollo, desde la etapa prenatal hasta la edad adulta.

Etapas de mayor vulnerabilidad

Dada su capacidad de cruzar la placenta y estar presentes en la leche materna, los fetos y los bebés lactantes pueden estar expuestos a los disruptores endocrinos. Esta exposición en estos determinados momentos es de especial importancia ya que son etapas cruciales del desarrollo. En este periodo, el cuerpo es especialmente vulnerable a los efectos de exposiciones ambientales como serían los disruptores hormonales. Alteraciones en estas etapas pueden por tanto, perturbar el correcto desarrollo del organismo y tener efectos en la salud a largo plazo, como un peor funcionamiento pulmonar en la infancia, cambios en el crecimiento infantil o mayores probabilidades de sufrir síndrome metabólico en la infancia.

¿Cómo reducir la exposición a los disruptores endocrinos?

No hay que alarmarse. Nuestra salud no solo depende de la exposición a los disruptores endocrinos. Pero sí es importante mantener un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada, actividad física regular y sin hábitos nocivos como el tabaquismo.

Cambios en hábitos cotidianos

Además, a la hora de consumir podemos ser conscientes de lo que compramos y utilizamos, y hacer pequeños cambios en nuestro día a día para reducir nuestra exposición a los disruptores endocrinos. Por ejemplo:

  • Evitar calentar la comida en fiambreras de plástico. Puedes sustituirlas por otras de vidrio o cerámica.
  • Ventilar y limpiar bien los interiores del polvo.
  • Utilizar sartenes y ollas de cerámica, hierro fundido o acero inoxidable que no contengan revestimiento antiadherente.
  • Usar botellas de acero inoxidable o de vidrio.
  • Evitar los cosméticos que contienen estos químicos (optar por los libres de parabenos, benzofenonas, triclosán y ftalatos).
  • Reducir la ingesta de comida procesada y enlatada.
  • Limitar el consumo de productos de origen animal.
  • Comprar fruta y verdura ecológica y de proximidad, y lavarla muy bien.

Interpretación de etiquetas y normativas

Actualmente no existe un consenso a nivel mundial sobre la regulación de los disruptores endocrinos. Dadas sus propiedades particulares de toxicidad y la diversidad de estas entre los diferentes químicos, es muy difícil establecer un umbral seguro de exposición.

En Europa, la regulación de estos compuestos ha estado en el punto de mira durante los últimos años a pesar de la presión de la industria. La Comisión Europea las ha reconocido como sustancias potencialmente peligrosas para la salud y ha pedido elaborar un estudio exhaustivo para mejorar las regulaciones en los próximos años y minimizar la exposición humana y ambiental a los disruptores hormonales.

Ejemplos de disruptores endocrinos

Sustancia química, Producto habitual y Vía de exposición
Sustancia química Producto habitual Vía de exposición
Metales pesados Atún, pez espada, moluscos y crustáceos Ingesta
Plaguicidas DDT, insecticidas organofosforados Ingesta
Sustancias per- y polifluoroalquiladas (PFAS) Envases de alimentos, sartenes y ollas antiadherentes, productos de limpieza Inhalación / Ingesta
Retardantes de llama Muebles, plásticos, textiles, dispositivos electrónicos Inhalación
Bisfenoles Latas de comida y bebida, botellas y envases de plástico Ingesta
Parabenos Productos cosméticos Dérmica
Triclosán Productos de higiene (pasta de dientes, gel hidroalcohólico, desodorantes) Dérmica
Benzofenonas Filtros UV en protectores solares y maquillaje Dérmica
Ftalatos Cosméticos, perfumes, pinturas, envases de plástico Inhalación / Ingesta / Dérmica
Fuentes, químicos asociados y consejos para reducir la exposición a disruptores endocrinos
Producto Disruptores comunes Consejo práctico
Utensilios de cocina PFAS, BPA Usa ollas y sartenes sin revestimiento antiadherente (mejor de acero inoxidable o cerámica)
Cosméticos y productos de higiene Parabenos, triclosán, ftalatos, benzofenonas Opta por cosmética natural y sin fragancias sintéticas
Alimentos envasados y procesados BPA, ftalatos, metales pesados Evita calentar comida en plásticos; limita los ultraprocesados
Textiles, muebles, dispositivos electrónicos Retardantes de llama, ftalatos Ventila y limpia bien tu casa para reducir el polvo acumulado
Pescado grande y marisco Mercurio, plomo, arsénico Prioriza peces pequeños; reduce el consumo de atún y pez espada
Agricultura convencional Plaguicidas (DDT, organofosforados) Elige fruta y verdura ecológica y de proximidad

 

¿Qué dice la evidencia científica?

Todavía desconocemos la totalidad de los efectos sobre la salud de la mayor parte de estos compuestos. Varios estudios en animales y en humanos los han asociado al aumento de ciertos tipos de cáncer, obesidad, infertilidad, diabetes, síndrome metabólico, asma y problemas de neurodesarrollo. Por ello, el impacto económico solamente en la Unión Europea se estima que supera los 160 mil millones de euros anuales.

Una característica destacable de los disruptores endocrinos es su capacidad de no seguir los patrones habituales de dosis-respuesta. Es decir, no siempre dosis más altas pueden significar mayores efectos. Esta característica se denomina patrón dosis-respuesta "no monotónico".

Algunos estudios han detectado efectos más potentes en dosis bajas que, cuando aumentan, desaparecen. Además, en nuestro día a día estamos expuestos no solo a un solo disruptor endocrino sino a un gran número de contaminantes. Aún no hay conocimiento suficiente de cómo estas múltiples exposiciones interaccionan dentro del cuerpo y pueden conjuntamente afectar a la salud.

Preguntas frecuentes (FAQ) sobre disruptores endocrinos

1. ¿Qué son exactamente los disruptores endocrinos (EDCs)?
Son sustancias químicas que interfieren con el sistema hormonal, imitando, bloqueando o alterando la acción de nuestras propias hormonas. Esto puede modificar procesos fisiológicos esenciales como el crecimiento, el metabolismo, la fertilidad o el desarrollo neurológico.

2. ¿Dónde se encuentran con mayor frecuencia?
En productos de consumo diario como cosméticos, plásticos, textiles, utensilios de cocina antiadherentes, alimentos procesados, productos de higiene personal y algunos alimentos como pescado grande o productos tratados con pesticidas.

3. ¿Cómo entran en el cuerpo humano?
A través de tres vías principales:

  • Ingesta (comida, agua)
  • Inhalación (polvo doméstico, aire)
  • Vía dérmica (absorción por la piel al usar cosméticos o productos de higiene)

4. ¿Qué efectos pueden tener sobre la salud?
Pueden contribuir al desarrollo de enfermedades como:

  • Trastornos del desarrollo infantil
  • Asma y enfermedades respiratorias
  • Obesidad, diabetes y síndrome metabólico
  • Problemas reproductivos e infertilidad
  • Ciertos tipos de cáncer
  • Alteraciones cognitivas y de conducta

5. ¿Existen etapas de mayor vulnerabilidad?
Sí. Especialmente durante la etapa fetal, la infancia temprana y la pubertad. El cuerpo es más sensible en estas fases, y las exposiciones pueden dejar efectos duraderos.

6. ¿Cómo se pueden evitar o reducir?
No es posible eliminarlos por completo, pero sí minimizar la exposición mediante cambios de hábitos, como evitar plásticos, leer etiquetas, reducir el consumo de alimentos procesados o priorizar productos ecológicos y sin fragancias sintéticas.

7. ¿Hay una normativa clara que regule su uso?
En Europa se reconocen como sustancias preocupantes y se están revisando sus normativas, aunque aún falta una regulación integral y armonizada. La presión de la industria ha retrasado avances más contundentes.